El enlace se celebrará en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba y se tratará de una ceremonia civil oficiada por el alcalde de la ciudad, Rafael Merino, también del PP y amigo de la pareja. Alvarez Cascos ha pedido expresamente al edil que el acto sea sencillo y sin ningún tipo de privilegio por tratarse del vicepresidente del Gobierno.

Pero no todos los invitados podrán asistir a la ceremonia, dadas las reducidas dimensiones del Salón de los Mosaicos, en elque se celebrará. Donde sí podrán disfrutar todos será en los Salones El Caballo Rojo, restaurante en el que se servirá a los invitados un menú con productos andaluces, a petición del novio.

El banquete se servirá en el palacete Las Palmeras, propiedad de los dueños de El Caballo Rojo y que tiene una superficie de unos 5.000 metros cuadrados. Este palacete está cerrado al público normalmente y sólo abre sus puertas para bodas o convenciones, a un precio de unas 7.000 pesetas por cubierto.

El banqete comenzará con un aperitivo en los jardines del palacete, siempre que el tiempo lo permita, para pasar después al interior del edificio para el almuerzo. Las especialidades del restaurante son salmorejo y cordero a lo mozárabe.

El vicepresidente del Gobierno ya ha anunciado que no podrá disfrutar de ningún viaje de novios, ya que la semana que viene tiene que trabajar nada menos que en la presentación en el Congreso de los Presupuestos Generales del Estado.

Alvarez Cascos está divorciado y es adre de cuatro hijos, mientras que Gemma Ruiz tiene 21 años y es estudiante de Derecho. Los futuros esposos se conocieron en un mitin del PP en Córdoba durante la pasada campaña para las elecciones generales.

La prometida del vicepresidente continuará en la Ejecutiva de Nuevas Generaciones de Córdoba después de la boda, según su compañero Antonio Luis Cuesta, presidente de las juventudes del PP en esta provincia.