Los investigadores realizaron un experimento con ratas, a las que suministraron una alta dosis de fructosa durante un año. Estos animales envejcieron antes que otras ratas que no consumieron el azúcar.

El equipo cree que la ingesta exagerada de fructosa en personas puede provocar arrugas y problemas de salud. Esta sustancia se encuentra de forma natural en las frutas y miel y en muchos productos elaborados, como bebidas carbonatadas, pasteles, frutas enlatadas o mermeladas, lo que puede denominarse como "comida rápida dulce".

Según el doctor Moshe Werman, del Instituto de Tecnología Technion-Israel, las ratas presenta cambios en el coláeno de sus huesos y piel. El colágeno es una proteína fibrosa que se encuentra en el tejido conectivo, en huesos y cartílagos, y sirve para dar consistencia al cuerpo humano. Su pérdida provoca el nacimiento de arrugas porque reduce la elasticidad y hace la piel rígida, comenta Werman.

La dosis de fructosa que tomaron las ratas del experimento era de 12,5 gramos por un kilo. Para comparar, un persona de 70 kilos de peso que ingiere un cuarto de litro de coca-cola sólo consume 0,8 gramos de fructosa po kilo.