El editorial, titulado "la vergüenza de Inglaterra", argumenta que no basta con mostrar consternación ante los actos vandálicos cometidos por los hinchas ingleses y que es necesario un "acto de contrición nacional" para dejar claro ante el mundo la repulsa del pueblo inglés frente a esos comportamientos.

"The Economist" recalca que las ciudades francesas no tiene por qué soportar la violencia de los "hooligans" ingleses y que la retirada de la selección sería preferible a arrieagarse a otro Heysel, el estadio en el que murieron 38 personas en 1985 por el vandalismo de los hinchas del Liverpool, que atacaron a los rivales de la Juventus.

La revista alega que es preciso encontrar métodos para controlar a los hinchas ingleses violentos cuando salen al extranjero, ya que "si los matones realmente no pueden ser detenidos, ¿por qué debería esperarse que los extranjros tengan que soportarlos?".