"The Economist" incluye este pronóstico en su última revisión del cuadro macroeconómico básico (PIB, inflación y balanza por cuenta corriente) para las quince economía más desarrolladas, actualizada este mes de junio.

El semanario corrige al alza la previsión de inflación para once de esos quince países, pero en ningún caso la corrección es tan sustancial como para España. Como consecuencia, el diferencial negativo de inflación esperado entre España y el conjunto de la Eurozona pasa de 0,6 a 1 punto. Sólo Holanda tendrá una inflación mayor, del 3,6%.

En el lado positivo, "The Economist" eleva una décima la previsión de crecimiento para España, del 2,1% al 2,2% lo que le sitúa nueve décimas por encima del promedio previsto para la Eurozona y en cuarto lugar de los quince países analizados, tras Australia (4%), Canadá (2,9%) y Estados Unidos (2,9%).

En cuanto a la balanza por cuenta corriente, arrojará este año un balance negativo equivalente al 2,1% del PIB, lo que contrasta muy negativamente con el superávit esperado en el conjunto del área del euro, que será del 0,3% del PIB.

Para 2003, "The Economist" mantiene su previsión de que España crecerá un 33%, cuatro décimas más que la Eurozona, pero ha corregido también a peor la perspectiva de la inflación, del 2,4% al 2,6%.

De acuerdo con estos pronósticos, España se convertiría el año que viene en el país más inflacionista y volvería a ser el cuarto por ritmo de crecimiento, por detrás de Australia, Canadá y Estados Unidos.

"The Economist" elabora mensualmente su cuadro de previsiones macroeconómicas para las quince mayores economías a partir de las estimaciones facilitadas por una veintena de randes entidades financieras internacionales, como Deutsche Bank, Goldman Sachs, Merrill Lynch y JP Morgan, entre otras.