"THE ECONOMIST" DICTAMINA QUE GONZALEZ ES MAS RESISTENTE A LAS CONVULSIONES POLITICAS QUE ALFONSO XIII

MADRID
SERVIMEDIA

La revista británica "The Economist" dictamina en un artículo que publica en su último número sobre los resultados de las pasadas elecciones del 28 de mayo que Felipe González es más resistente a las convuliones políticas que el rey Alfonso XIII, que dio pasó a la República en 1931 tras unas eleccciones municipales en las que las candidaturas monárquicas fueron derrotadas.

"Una apabullante victoria de la oposición republicana en las elecciones municipales de 1931 obligó al Rey Alfonso XIII a exiliarse. Sesenta y cuatro años después, el primer ministro, Felipe González, golpeado por un revés similar, está demostrando ser más difícil de desplazar", señala la revista.

"The Economist" subraya, no obstate, que, aunque no hay ninguna discusión sobre que los resultados representan una victoria para el PP, también supusieron una decepción para José María Aznar en relación a las previsiones de las encuestas preelectorales, y no fuerzan a Felipe González a convocar elecciones generales ni a dimitir como líder del PSOE.

A su juicio, "el problema del señor Aznar es que es un sobrio ex inspector fiscal. Su confianza y popularidad mejoró tras sobrevivir a un atentado de los separatistas de ETA. Pero puede haer estado excesivamente confiado".

"The Economist" señala que las razones para el descenso de González son obvias: "una serie de escándalos de corrupción, la sospecha de que tenía conocimiento de los 'batallones de la muerte' que actuaron en los años ochenta; el alto desempleo continuado, y la lenta recuperación económica".

"Mucho menos obvio es la razón de la persistencia de un 30 por ciento de núcleo duro socialista, concnetrado entre las personas mayores y las zonas rurales", añade.

La cosecuencia que se sigue de ello es que, "si esto sigue así y el apoyo de los pequeños partidos reginales continúa firme, el objetivo del Partido Popular de ganar una clara mayoría en las próximas elecciones generales puede ser más difícil de lograr de lo que los estrategas del partido habían pensado".

"Los votantes pueden estar hartos de los socialistas; pero, a juzgar por su último veredicto, no parecen totalmente convencidos por los conservadores", opina "The Economist".

(SERVIMEDIA)
04 Jun 1995
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