"The Economist" se hace eco de las goteras que surgieron en el museo el año pasado, de la falta de aparcamientos y, sobre todo, de la carencia de espacio, que hace que sólo pueda ser exhibida "un séptimo de su colección".

"Hay archivos desperdigados por los pasillos e incluso en los lavabos. No hay espacio para la excelente biblioteca de El Prado", asegura la revista, que apunta que el número de visitantes ha descendido desde dos millones hace tres años a un millón y meio en 1993.

Al entrar en los problemas de fondo del museo, que ha tenido cuatro directores en tres años, "The Economist" apunta que su presupuesto ha permanecido congelado desde 1986 y que representa una sexta parte del que tiene el Louvre de París.

A su juicio, El Prado sale malparado no sólo de la comparación con otras grandes pinacotecas extranjeras, sino también en relación al Museo de Arte Reina Sofía y a la colección Thyssen, que reciben más atención oficial y más dinero.

El artículo cncluye señalando que lo primero que requiere atención son las goteras y señala que la firma Ove Arup & Partners ha elaborado un plan para cubrirlas con acero o plomo con una garantía de 75 años.

"En esto, al menos, las autoridades no se pueden permitir el lujo de vacilar. Si obras maestras de Goya, Velázquez, Murillo y el Greco resultan dañadas por la humedad, el gobierno español será más impopular que nunca", apunta "The Economist".