"THE ECONOMIST" ASEGURA QUE POCOS DUDAN DE LA HONRADEZ DE GONZALEZ, PERO QUE PADECE EL "SINDROME DEL ESTADO SOY YO"

MADRID
SERVIMEDIA

El prestigioso semanario económico "The Economist" asegura en su último número que "pocos de sus peores enemigos" creen que Felipe González sean una persona corrupa, pero que en relación con el "caso Palomino" da a veces la impresión de sufrir "el síndrome de el Estado soy yo", frase pronunciada por el rey Luis XIV en el apogeo del absolutismo.

"The Economist" sostiene que Felipe González ha cometido el error de reaccionar con escesivo apasionamiento frente a un caso en el que se siente personalmente afectado, ya que eso ha dado alas a la oposición, tras un otoño tan calmado que parecía "antiespañol".

"Lo que el último lío ha mostrado", añade el semanario ritánico, "no es que el señor González sea un maleante -pocos de sus peores enemigos creen eso- sino que está quedando varado, y quizás empujado a realizar juicios erróneos, por doce largos años en el poder".

El presidente del Gobierno, en opinión de "The Economist", podría haber despachado el "caso Palomino" con simple arqueo de cejas, ya que "no hay evidencia" de que influyera en la concesión del contrato de para electrificar el 'bunker' de la Moncloa a su cuñado, Francisco Palomino, y "ni siquiera e que lo conociera por adelantado".

Por esa razón, cree que "un líder más confiado habría tratado las acusaciones con un desprecio casual", en lugar de hablar de "un clima de conspiración" para desestabilizar España, "pareciendo un hombre que sufre el síndrome de el Estado soy yo".

El resultado de todo ello es que "los oponentes del señor González creen que la corrupción es el único asunto con el que es posible derribarle", por lo que es previsible que la política española continúe "llena de lanzmiento de fango al menos hasta las próximas elecciones generales".

(SERVIMEDIA)
19 Nov 1994
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