La revista señala en un artículo que publicará en su próximo número que, en su anterior cargo como titular de Admnistraciones Públicas, "boxeó con algunos gobiernos regionales peleones" y que, "en esta ocasión, tendrá que aprender cuando golpear y cuando esquivar si quiere sobrevivir tantos 'rounds' como lo hizo su predecesor".

En este sentido, alerta a la ministra de los encontronazosque puede tener con el equipo económico de La Moncloa. "Puede que se encuentre luchando contra el equipo de economía en La Monclao", señala.

Sobre la nueva titular de Economía, la publicación británica la describe como "una persona experimentada con un bajo perfil tecnócrata" que ha desempeñado, "durante poco tiempo pero con tenacidad, duros puestos ministeriales".

No obstante, pese a este perfil, apunta que "pocos pensaron que le darían a ella el cargo de ministra de Economía, que se encuentra en la línea de fuego".

Entre los objetivos de Salgado, "The Economist" afirma que su misión será la de acelerar la respuesta a la crisis y la reforma del modelo económico, que está "desfasado" y que es "excesivamente dependiente" de una mano de obra poco cualificada.

En este sentido, advierte de que Solbes ya intentó hacer este cambio en el modelo de crecimiento pero "no obtuvo suficiente apoyo político".

Por su parte, la revista señala que se queda fuera del Gobierno "el peso pesado de Pedro Solbes", al que califica como "el veterano ministro de economía, quien fue designado durante la campaña de elección como el hombre que guiaría a España a través de la crisis".

"La destitución del Sr. Solbes parece ser un sorprendente sacrificio", dice el semanario británico, que añade que "su inquebrantable, lúgubre, hastiada compostura, y su suave manera de hablar, fueron muy apropiadas para estos tiempos tensos que corren".

A pesar de que "emanaba experiencia", la publicación subraya que Solbes era "un hombre cansado" y que su "conservadurismo fiscal chocaba con la bondad del señor Zapatero en gastos públicos como la solución para la crisis".

También hace referencia la revista al "fracaso" del presidente del Gobierno en tratar de mantener el cambio de Gobierno en secreto y, por eso, tuvo que "compartir las portadas con la foto de Obama con los titulares sobre los ministros que esperaban el despido".

Sobre el encuentro con Obama, "The Economist" afirma que Zapatero "ha quedado bien" y que "se hizo con el premio cuando Barack Obama declaró que 'estaba encantado de llamarle amigo'".