"Si el relajamiento monetario de los bancos centrales no es suficiente, eso pone una mayor carga sobre los gobiernos. La política fiscal, en particular, debería ser empleada como colchón ante el impacto de la recesión", señala.

"Afortunadamente", añade, "tanto en Europa como en América, las presiones inflacionistas son extremadamente baja y las finanzas públicas son sanas", lo que hace posible renunciar sin peligros a estrategias como la del Pacto de Estabilidad, que compromete a los países de la UE a mantener presupuestos públicos sin déficit.

"Con los riesgos de la economía mundial tan claramente en el lado de una caída, sería mejor para la mayoría de los gobiernos equivocarse en el sentido de aplicar demasiado estímulo fiscal que demasiado poco", agrega la revista.

Asimismo, "The Economist", tradicionalmente contraria a las suvenciones públicas a empresas privadas, señala que la excepcional situación creada por los atentados terroristas a algunas industrias, como la de líneas aéreas, justifica el que se haga una excepción en este momento.

Puntualiza, no obstante, que los apoyos públicos no deben llevarse hasta el extremo de frenar la competencia entre las lineas aéreas, ya que probablemente es necesario que se reduzca su número y, en algunos casos, su tamaño.