Se trata de una iniciativa de la asociación Paralyzed Veterans of America (PVA), que cuenta con el patrocinio de inversores del sector privado y proporciona formación laboral a militares que han resultado heridos, durante el periodo de recuperación.

Desde que se puso en marcha en Richmond (Virginia) en julio de 2007, ya ha ayudado a 260 miembros de las fuerzas armadas estadounidenses y ha facilitado la integración laboral a 39 de ellos. El pasado año se amplió a Minneapolis (Minnesota).

El desempleo afecta a un 85% de los veteranos con discapacidad grave en Estados Unidos, según PVA, que subraya que la integración laboral contribuye a su recuperación.

El programa de PVA ya ha ayudado a encontrar trabajo a militares retirados en diversos ámbitos, que van de la investigación a los servicios sociales y administrativos, tanto en instituciones públicas como en empresas privadas.

Keisha Wright, responsable de esta iniciativa en la localidad de San Antonio, destaca que la población con discapacidad como consecuencia de la intervención de Estados Unidos en conflictos bélicos está aumentado exponencialmente, y que en el sur de Tejas al menos 2.000 ex militares se encuentran en esa situación.