Los testigos explicaron que aquel día eran las fiestas de Herri Urrats en Senpere (País Vasco francés), localidad en la que testificaron que ‘Ata’ tenía un bar. Según declararon estos testigos, recuerdan bien el día porque fue lluvioso y ‘Ata’ les pidió "ayudar en la barra del bar debido a la concurrencia de gente que no habían previsto”.

Las preguntas de la Fiscalía hicieron que los testigos revelaran su conexión con la banda terrorista ETA, demostrando que una de las personas fue pareja de un miembro de ETA, mientras que la otra simplemente era “conocida” de ‘Ata’. Otro de los testigos, que comparte un familiar con el acusado, aseguró que trabajó aquel día con ‘Ata’ y que las fotos que pudo tener de aquel día "se quemaron en el caserío que tenía”.

Por su parte, los testigos presentados por la defensa de Miren Itxaso Zaldua afirmaron que ella pasó todo el día con sus amigos “realizando pequeñas obras en su casa” próxima a la localidad de Sempere, y a la hora próxima del asesinato estuvieron en el cine viendo una película.

Uno de los testigos llegó a incluir una prueba de una entrada de cine de aquel día y la Fiscalía pidió el rechazo de la misma, emitiendo una queja ante el tribunal por “mala fe procesal” al haber presentado la prueba fuera de los plazos establecidos y sin avisar previamente.

Por su parte, los testigos que estuvieron en Zaragoza próximos al lugar del asesinato reafirmaron sus testimonios, señalando que, de las fotografías que les enseño la Policía Nacional en 2018, pudieron reconocer el rostro de ‘Ata’ como una de las personas que vieron como sospechosa en los lugares próximos a la escena del crimen.

Además, uno de los testigos, que grabó su testimonio antes de la celebración del juicio, afirmó haber presenciado al asesino con el arma en la mano apuntando a Giménez Abad, y reconoció a Carrera como el asesino en unas fotografías que le mostró la policía años más tarde.