EL TEOLOGO TAMAYO VE CONTRADICTORIO EL CELIBATO CON LA DOCTRINA DEL AMOR PREDICADA POR BENEDICTO XVI
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El teólogo Juan José Tamayo afirmó hoy que la teoría del amor a Dios y amor al prójimo que pregona la primera encíclica del Papa Benedicto XVI se contradice con actuaciones de la jerarquía católica, como el celibato o las críticas a los homosexuales.
En declaraciones a Servimedia, Tamayo dijo que la enciclica papal aborda el amor, que "es el tema central en el cristianismo". A renglón seguido, el teólogo consideró "muy positivo que el Papa declare compatible, por fin, el amor erótico y el amor a Dios, después de tantos siglos de demonización del primero".
"En este caso no sólo lo declara compatible, sino que cuando se refiere al amor humano hace citas muy interesantes del poeta latino Virgilio, del "Cantar de los cantares", reconociendo, como la mayoría de los especialistas, que es un canto de amor para una fiesta nupcial", explicó.
A su juicio, "el problema de la encíclica es que esa compatibilidad del amor a Dios y el amor humano, amor incluso erótico, mediado por la corporeidad, luego no se compagina fácilmente con algunas actuaciones eclesiásticas, que niegan a determinados colectivos y a determinadas personas la práctica del amor humano, como es el caso de los sacerdotes, a quienes no se les permite vivir en pareja, o a los homosexuales, cuya relación entre ellos se considera pecado".
Tamayo sostiene que la teoría del amor de Benedicto XVI "queda bonita sobre el papel y, sin embargo, la práctica choca frontalmente con esas afirmaciones, porque en el terreno de la realidad se establecen muchos topes y muchos límites, incluso muchas prohibiciones e incompatibilidades".
También dijo que la encíclica del Papa "entra en contradicción con las condenas que, desde hace mucho tiempo, la jerarquía católica ha llevado contra movimientos sociales y contra organizaciones que han trabajado por mejorar las condiciones de vida de los empobrecidos, por atender al prójimo en sus necesidades, como es el caso del terreno social y económico y político del socialismos que ha sido condenado por la Iglesia y ha sido condenado todo socialismo".
Finalmente, el teólogo comentó que la segunda parte de la encíclica se centra en las organizaciones caritativas, y añadió que el problema "está en que esas organizaciones caritativas desemboquen en asistencialismo y beneficiencia y ponga por delante el elemento religioso sobre el elemento social".
"Habría que preguntarse en qué medida se articula la relación o se establecen puentes entre las organizaciones caritativas de la Iglesia católica y los movimientos sociales, los movimientos antiglobalización, los sindicatos y todos estos colectivos que trabajan por otro mundo posible, donde quepamos todos y donde quepan los más pobres y excluidos", concluyó.
(SERVIMEDIA)
25 Ene 2006
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