EL TEOLOGO JUAN JOSE TAMAYO TACHA DE "MERCANTILES" LAS RELACIONES ENTRE A IGLESIA Y EL ESTADO

MADRID
SERVIMEDIA

Juan José Tamayo, secretario general de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, calificó, en declaraciones a Servimedia, de "muy mercantiles e interesadas" las relaciones que mantienen en la actualidad la Iglesia y el Estado.

El teólogo contestó así a una cuestión relacionada con la fidelidad de la Iglesia al Evangelio en la actualidad que, a su juicio, ha traicionado a lo largo de toda su historia y es la causa por la que ahora el Papa propone peir perdón.

Juan José Tamayo manifestó también que comparte las ideas centrales de los dos documentos elaborados por el Vaticano, uno sobre la moral financiera y un segundo acerca del perdón que pedirá la Iglesia por los errores cometidos durante los 20 siglos de Historia, aunque no quiso opinar sobre el contenido, por desconocer los textos.

Sin embargo, Tamayo se extendió sobre el perdón que la Iglesia quiere pedir: "Nunca es tarde si la dicha es buena", afirmó el teólogo, "tenemos mucho de que arepentirnos y el perdón es una de las mejores noticias que puede dar la Iglesia, que debe caracterizarse por el perdón como uno de sus distintivos".

A su juicio, "los 20 siglos de Historia de la Iglesia han estado muy lejos del ideal evangélico propuesto por Jesús y esas desviaciones serias han desembocado muchas veces en perversión del cristianismo. Podemos hablar de dialéctica del cristianismo, en la que aparecen algunas luces y muchas sombras".

Respecto a si en la actualidad la Iglesia es más iel que antaño al mensaje del Evangelio, Tamayo señaló que "ni más ni menos, sigue la dialéctica del cristianismo", en la que conviven movimientos cristianos muy comprometidos con la justicia, aunque "en el terreno institucional todavía hay unas dependencias muy fuertes".

Concretamente, subrayó que en lo que se refiere a España "yo estoy muy descontento de la relación entre la Iglesia y la sociedad. Ahora mismo la relación entre los dos poderes, el político y el eclesiástico, mantienen unas relacionesmuy mercantiles, muy interesadas".

"De una parte", profundizó, "hay una renuncia a la función profética, a la dimensión evangélica del cristianismo, por conseguir una serie de privilegios y ventajas, de orden incluso económico y no menos significación cultural".

"Por otra", prosiguió, "hay una serie de renuncias a ideologías y concepciones en relación con la presencia de la religión en la sociedad, a cambio de determinados favores que están neutralizando, hábilmente, toda la simbólica cristiana. na tercera parte, hay una dejación de un proyecto más evangélico y más liberador".

(SERVIMEDIA)
11 Mayo 1994
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