Los actos fúnebres comenzaron a las12 del mediodía con la presencia de numeroso público y excepcionales medidas de seguridad. El cortejo fúnebre, que salió del Gobierno Civil de Vizcaya, a escasos cien metros de la iglesia, estuvo encabezado por los familiares del guardia asesinado y el secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera.

Además, estuvieron presentes el consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa; el delegado del Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguiriano; los tres gobernadores civiles de las proincias vascas y otras autoridades.

El numeroso público que se encontraba en las inmediaciones de la iglesia de Los Agustinos recibió con una cerrada ovación la llegada del féretro al templo. Durante la ceremonia, el oficiante leyó una carta de condena del obispo de Bilbao, Luis María Larrea, que provocó algunos gritos de protesta por parte de un grupo de asistentes.

En la misiva, el obispo afirma que "nada justifica el derramamiento de la sangre de unos hombres a manos de otros, ni tampoco nada pede justificar silencios complacientes en torno a tales muertes".

"Como obispo de esta comunidad eclesial", continuaba la carta, "pido encarecidamente a todos los diocesanos que se comprometan en la creación de una cultura de defensa de la vida, en la protección de todos los derechos humanos y en el logro de la reconciliación".

PENA DE MUERTE

A la salida del funeral, algunas personas profirieron gritos a favor de la Guardia Civil y pidieron la pena de muerte para los terroristas. El féretro fuedespedido a los sones de la banda de música de la comandancia de la Benemérita de Bilbao.

Tanto Rafael Vera como el resto de las autoridades declinaron realizar cualquier declaración a los periodistas. Tras el funeral, los restos mortales de José San Martín fueron trasladados a la localidad riojana de El Regal, de donde era natural y donde recibirá sepultura por la tarde.

Mientras tanto, la Coordinadora Gesto por la Paz de Euskal Herría convocó más de un centenar de concentraciones silenciosas enlas comunidades vasca y navarra en repulsa por el atentado.

Por otra parte, el Ayuntamiento de Guecho difundió un comunicado en el que manifiesta la más enérgica repulsa por este "cruel asesinato" y expresa su solidaridad con la familia de la víctima.

El municipio considera que "actos de esta índole, que se dirigen contra la voluntad mayoritaria del pueblo vasco, intentan romper la convivencia pacífica y sólo conducen al dolor y a la crispación".

Por último, el consistorio vizcaíno denuncialos que no condenan este tipo de actos, intentando con ello, asegura, "justificar lo injustificable".