La operación se realizará mediante la absorción de Entel Perú por CPT, aplicando la tasa de canje de acciones establecida en el contrato de compraventa y respetando las cláusulas fijadas en el proceso de privatización realizado hace unos meses por el Gobierno peruan.

Telefónica espera que esta fusión produzca una mejora en los márgenes de operaciones y en la rentabilidad para los accionistas de ambas empresas, en las que la compañía española ostenta el 35 por ciento del capital.

Los objetivos previstos tras la fusión son alcanzar casi dos millones de líneas instaladas en los próximos cuatro años, para lo que será necesario emplear 1.900 millones de dólares en ese periodo (unos 250.000 millones de pesetas).

Telefónica tendrá una especial atención para rsolver el impacto de la fusión en los trabajadores de ambas compañías, "estando prevista la inclusión de diversas medidas", que no concretó.

La compra por parte del operador español de estas dos empresas, por las que finalmente desembolsó 1.394 millones de dólares (unos 180.000 millones de pesetas), dio lugar a una fuerte polémica en España, ya que su oferta fue tres veces superior a la del segundo postor.