Esta iniciativa responde a la estrategia marcada desde la Oficina de Cambio Climático de la compañía, según se informa en la revista "Somos" de Telefónica.

El proceso de certificación será llevado a cabo a través de un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) de las actividades que se desarrollan en la sede central de la multinacional.

La norma se compone de cinco elementos, el mencionado SGA, auditorías ambientales, evaluación del desempeño ambiental, análisis del ciclo de vida y etiquetas medioambientales.

Para poder obtener esta norma, la empresa debe planificar, implantar y poner en funcionamiento una política ambiental que tiene que ser apoyada y aprobada al máximo nivel directivo y dada a conocer tanto al personal de la propia organización como a todas las partes interesadas.

Además, esta política ambiental tendrá que incluir un compromiso de mejora continua y de prevención de la contaminación, así como un compromiso de cumplir con la legislación y reglamentación ambiental aplicable.

Asimismo, se establecerán mecanismos de seguimiento y medición de las operaciones y actividades que puedan tener un impacto significativo en el ambiente. La alta dirección de la empresa revisará el Sistema de Gestión Ambiental para asegurar su adecuación y eficacia.