Gracias a acuerdos con los servicios de intermediación laboral del Gobierno y las autonomías con plenas competencias, las oficinas de empleo ofrecen información sobre el Ejército profesional y, en ocasiones, son los propios funcionarios de Defensa quienes se instalan en ellas, durante periodos concretos de tiempo, para explicar las posibilidades de las Fuerzas Armadas como salida profesional.

Los representantes de Defensa o los funconarios de las oficinas de empleo ofrecen información sobre el número de plazas ofertadas, destinos, unidades o las misiones militares, de pacificación y humanitarias.

También explican la preparación que el soldado profesional recibe y los niveles de capacitación y títulos que pueden obtener dentro del Ejército, con el fin de facilitar la integración laboral civil una vez finalizado el compromiso con las Fuerzas Armadas, que puede ser de dos o tres años, prorrogable hasta un máximo de 12.

En estemismo sentido, el Ministerio de Defensa tiene en marcha el "Plan Ariete", que se sustancia en la firma de convenios de colaboración para lograr la inserción laboral de los ex soldados con patronales regionales o sectoriales, como AESMIDE (suministradores del Ministerio), AFARMADE (fabricantes de armas) o CONFETRANS (transportistas por carretera).

Estas entidades ofrecieron el año pasado 9.000 puestos de trabajo que, sin embargo, no pudieron ser cubiertos. Según datos de Defensa, sólo el 18 por ciento e las acciones de intermediación laboral impulsadas por el ministerio desembocaron en contratos.