La obra fue presentada este miércoles en el Teatro María Guerrero en una rueda de prensa en la que estuvieron presentes el director del CDN, Alfredo Sanzol; los creadores y directores del montaje, Izaskun Fernández y Julián Saénz-López, que también actuará en la representación; y los actores Alejandro López y Diego Solloa.

En su intervención, Alfredo Sanzol explicó que ‘Feriantes’, una obra cuya duración es de 60 minutos, es una coproducción del CDN y El patio teatro que tiene su origen en un ‘dramawalker’ (proyecto basado en ficciones sonoras geolocalizadas que el CDN realiza en colaboración con otras instituciones) que la compañía riojana realizó en la zona de Logroño donde se instalan los feriantes, a quienes entrevistaron para conocer su modo de vida.

Subrayó que el Centro Dramático Nacional ya colaboró con El patio teatro en ‘Conservando la memoria’, una experiencia de la que surgió “toda la admiración artística y personal a su trabajo y manera de vivir”.

Izaskun Fernández arguyó que ‘Feriantes’ es una pieza de teatro documental y de objetos que parte de entrevistas reales a feriantes, la semilla que “va componiendo el texto” y en el que la compañía a la que pertenece ha crecido en número pasando de los dos actores habituales en escena a tres.

En ese sentido, reconoció que “ha sido uno de los trabajos, en cuanto a estructura dramática, que más nos ha costado, porque partía de una idea peregrina”, a lo que se suma que los testimonios eran “muy dispares, no había hilo temporal ni temático”, si bien de cada uno “rescatábamos su esencia”.

Esto le sirvió para argüir que “al final hay un intento de que tenga un eje lineal en el tiempo: desde los orígenes de la feria hasta la actualidad”, y reseñó que “aunque hubo ferias antes de la Guerra (Civil), con la hambruna de la posguerra se fue consolidando” el modelo de feria que ha llegado hasta la actualidad.

También explicó que la obra se detiene en aspectos concretos que afectan a los feriantes, como sus viajes en carretera –“hay feriantes que mueren” en siniestros viales, afirmó-, tómbolas, “cacharritos” y rudimentos de sagas de ínclitos trabajadores de ferias, como el pequeño teatro de muñecos mecánicos de la familia Ducal.

“Nos preguntábamos qué era la feria, sus orígenes, para llegar a una conclusión: ir más allá de la persona que está detrás del ruido y las luces”, indicó Izaskun Fernández.

A su vez, manifestó que “mucha gente echa en falta la presencia de una mujer en escena, pero a mí no me apetecía actuar”. No obstante, dejó claro que en la pieza se recogen testimonios de las feriantes, de las que comentó que “trabajan el doble, porque están en la caseta y cuidan a la familia y se encargan de las casas”.

Por su parte, Julián Sáenz-López atestiguó que “esta pieza trata de ser un homenaje a los feriantes, con la única pretensión de que estén contentos con el trabajo y con cómo se cuenta su trabajo”. “Ha sido un enamoramiento del estilo de vida de los feriantes”, apostilló.

Avanzó que el texto se basa en los “feriantes de ahora”, que proceden de generaciones anteriores, por lo que sus testimonios sirven para ahondar en el pasado, analizar el presente y vislumbrar el futuro de las ferias.

Expuso que “nos ha interesado, por naturaleza romántica, cómo eran las ferias de antes, en las que no existían móviles ni televisión, cuando su llegada al pueblo era el evento”. A pesar de ello, dejó claro que esa visión no tiene nada que ver con su realidad actual. “La que está es la del presente”, reafirmó.

Por último, adujo que en ‘Feriantes’ hay dos voces: la de los feriantes reales, cuya declaración aparece en formato audio, y la de los actores, que “contamos nuestra percepción de la historia”. “Hacemos de feriantes, no somos un personaje como tal”, remató