El estudio, realizado por un equipo deun hospital de Gran Bretaña y la Facultad Médica de Harvard (EEUU), comparó los efectos cardíacos de consumir té, café y café descafeinado. El resultado fue que las personas que bebían una o más tazas de té, tenían un 44% menos de posibilidades de padecer un infarto, comparadas con las que no consumían esta bebida.

El motivo está en que el té contiene unos compuestos naturales llamados flavonoides. Estos son unos de los más poderosos antioxidantes, compuestos que neutralizan el efecto negativo de los adicales libres, unas sustancias químicas que dañan las células y pueden provocar ataques cardíacos, cáncer y embolias.

Existen alrededor de 4.000 flavonoides en la naturaleza. Entre los alimentos y bebidas, las cebollas, manzanas, té y vino tinto son especialmente ricos en estos compuestos beneficiosos. De acuerdo con la investigación, dos tazas de té tienen la misma actividad antioxidante que cuatro manzanas, cinco cebollas, siete naranjas y dos vasos de vino tinto.

El estudio se limitó a analiar el efecto del té negro. Anteriormente, otra investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo indicaba que el té verde ayuda a prevenir la aparición del cáncer, bloqueando el crecimiento de los vasos sanguíneos que los tumores necesitan para sobrevivir y crecer.