Según afirmó en rueda de prensa el presidente de la organización de taxistas, Francisco Esteban, tras revisar toda la red subterránea han constatado que "en la totalidad de los túneles de Madrid las turbinas no funcionan".

Agregó que esta situación pone en peligro la salud de todos los ciudadanos de Madrid, pero en especial la de los trabajadores del sector del taxi, que son los que más horas pasan circulando.

Según sus datos, los aproximadamente 15.500 taxistas que trabajan en la capital recorren algo más de tres millones de kilómetros al día, lo que les expone a graves riesgos al aspirar el humo que se acumula en los túneles.

El presidente de la agrupación subrayó que hay turbinas que llevan meses estropeadas. "Hemos estado colapsados dentro de túneles donde era imposible ver" a causa del humo, afirmó. A su juicio, "los túneles deberían llevar un sensor que se activase antes de que el túnel se llenase de humo".

Estas quejas han sido trasladadas al Ministerio de Sanidad, a la Consejería de Sanidad autonómica y al propio Ayuntamiento de Madrid, porque "nos asusta el hecho de que la nueva M-30, que va tener 25 o 30 kilómetros subterráneos, no tenga las turbinas en funcionamiento", dijo el presidente.

Al mismo tiempo, Agetaxi-Madrid denunció en la rueda de prensa el desinterés que, a su juicio, demuestra el ayuntamiento por promover la utilización de energías alternativas.

La organización acusa a los responsables municipales de haber sucumbido a las presiones de los fabricantes de automóviles y de algunos concesionarios, al fomentar el uso de vehículos que no utilizan GLP (Gas Licuado de Petróleo) como carburante, lo que implica que en la actualidad sean menos de cien los taxis que lo consumen.