El BCH explicó hoy que esta reducción de la tasa de inflación en los países del euro se debió al buen comportamiento de los precios de los alimentos y de la energía, que son los más volátiles. De hecho, la inflación subyacente, que descuenta los efectos de estas dos partidas, se colocó a finales de octubre en el 1,2%.

Las reducciones de precios más importantes, según el BCH, se están produciendo en los países del núcleo duro del euro, es decir, en Alemania y Francia, que tvieron en octubre tasas de inflación respectivas del 0,7% y 0,5%.

El Servicio de Estudios del BCH estima que la tasa de inflación armonizada en los países del euro podría acabar en torno al 0,9% a final de año. A su juicio, los meses que restan del año seguirán dominados por la reducción de los precios de las materias primas y energía.

En cuanto a las previsiones para 1999, el BCH cree que en los primeros meses de 1999 la tasa de inflación puede repuntar ligeramente y llegar al 1,2% en marzo por azones puntuales derivadas de la modificación en los precios administrados en algunos países de la llamada Eurolandia.

Pese a ello, en el conjunto de 1999 no se esperan, asegura el BCH, tensiones inflacionistas, dada la desaceleración de la actividad y el crecimiento económico motivada por los efectos de la crisis y la previsible apreciación del euro.

Por ello, cree que la inflación "no constituye un riesgo a medio plazo". Según los cálculos del BCH, la inflación armonizada en los países del eurono superará el 1,5% en 1999. Además, a su juicio, también se debe tener en cuenta que los salarios están creciendo en 1998 en torno al 2%, por lo que no se espera que creen tensiones inflacionistas el próximo año.