La compañía sale así al paso del contenido de la Memoria de 2001 de la Fiscalía Anticorrupción, en la que se asegura que esta empresa y su competidora Reynolds "están en la cúspide de la estructura jerárquica" deun entramado internacional sobre tráfico ilegal de tabaco.

Philip Morris ha contestado que no conoce el contenido de esta memoria, por lo que no puede emitir ninguna opinión al respecto, aunque asegura que "apoya iniciativas legales adecuadas para erradicar el comercio de contrabando, incluidos los cigarrillos falsificados".