La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el tabaco causa cada año en e mundo tres millones de muertes, de las que un millón corresponden a Europa y algo más de 40.000 a nuestro país.

En España, los últimos datos del Ministerio de Sanidad, relativos a 1992, contabilizaron un total de 44.000 muertes ese año a causa del consumo de tabaco.

De ellas, 15.057 estuvieron motivadas por cánceres de pulmón, boca, laringe, vejiga, faringe y esófago. Del resto, 11.326 por enfermedad coronaria, 9.265 por enfermedades obtructivas crónicas, 6.056 por accidentes cerebrovasculares y1.645 por enfermedades vasculares periféricas.

La máxima autoridad sanitaria de Estados Unidos, el Surgeon General, afirmaba recientemente que en el humo de los cigarrillos han sido encontradas hasta 4.000 sustancias diferentes, algunas probablemente inocuas, pero otras claramente dañinas para la salud.

Entre las últimas, el doctor Jiménez Ruiz destaca el alquitrán, causante de la patología tumoral que se asocia al tabaquismo; el monóxido de carbono, responsable del infarto de miocardio y de otra enfermedades vasculares que aparecen frecuentemente entre los fumadores; y ciertas sustancias oxidantes, productoras de la bronquitis crónica y del enfisema pulmonar.

Además, el humo del cigarrillo también es rico en nicotina, sustancia responsable, según Jiménez Ruiz, de que el 80 por ciento de los fumadores que quieren dejar de serlo tengan graves dificultades para conseguirlo y se vean obligados a consumir tabaco aún en contra de su propia voluntad.

A su juicio, la nicotina es "una droga con ayor capacidad de generar adicción que la heroína", por lo que convierte al tabaco en un "arma letal perfecta".