Según "The Guardian", el responsable de la Fiscalidad de Aduanas, David Varney, ha alertado al Parlamento británico de que "una nueva ola de tabaco de contrabando está golpeando a Gran Bretaña", en donde la cajetilla legal de tabaco cuesta en las tiendas entre 4,2 y 4,5 libras, es decir, más de 6 euros.

Las medidas represivas adoptadas por el Fisco del Reino Unido habían permitido reducir del 20% al 15% la cuota de mercado que el tabaco de contrabando representa en el consumo de cajetillas en el Reino Unido, pero se calcula que este año volverá a subir al 16% ó 17%.

A fin de invertir esta tendencia, los responsables de la Hacienda inglesa acaban de firmar un acuerdo con las tres principales distribuidoras de tabaco en el Reino Unido, para evitar que cajetillas destinadas a la exportación vuelvan luego de contrabando, eludiendo los duros impuestos aplicados en Gran Bretaña al tabaco legal.

Esa estratagema ha sido detectada recientemente con tabaco que se había exportado a Andorra y Rusia. Según "The Guardian", la Hacienda británica va a imponer por ley que las tabaqueras implicadas en esas prácticas fraudulentas paguen multas equivalentes al valor de los impuestos pérdidos por la Hacienda británica.

Esta medida llega después de que la firma Imperial Tobacco fuera acusada el año pasado por varios parlamentarios de hacer la vista gorda ante dichas prácticas ilícitas. El Tesoro británico estima que las bandas dedicadas al contrabando de tabaco le cuestan al contribuyente inglés 2.900 millones de euros anuales en pérdidas de ingresos fiscales.

Son estas mareantes cifras de fraude las que han llevado al presidente de la Comisión de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes, Edward Leigh, a decir que "el crecimiento de las ventas ilegales de tabaco es muy alarmante".