En concreto, uno de los 70 voluntarios a los que se administró de forma experimental la vacuna, tuvo que ser ingresado por mielitis, una inflación de la médula espinal que produce parálisis.

Aunque, por el momento, no se ha podido demostrar que exista relación entre el tratamiento y la complicación sufrida por este paciente, la agencia francesa ha suspendido los ensayos clínicos de la VAC 18.

No obstante ha autorizado que prosigan los ensayos de VAC 16, otra molécula similar desarrollada para la lucha contra el sida, tras demostrarse que los voluntarios que habían sido inmunizados con ella hasta ahora, no habían sufrido ninguna complicación.