El Supremo recuerda que el “paulatino aumento de vacantes” en sus distintas salas, que no pueden ser cubiertas, merma la capacidad del Tribunal Supremo de cumplir la función que la Constitución y las leyes le encomiendan y en no mucho tiempo supondrá dificultades extraordinarias para su funcionamiento.

La renovación del CGPJ lleva más de tres años pendiente y durante este tiempo casi un 20% d de los puestos en el Tribunal Supremo han quedado vacantes y sin posibilidad de ocuparse. Hasta ahora 14 de las 79 plazas del TS están si titular y para octubre serán 16 las plazas vacantes.

Esta situación corre peligro de bloquear el TS con demoras importantes en multitud de recursos y retrasos generalizados en la emisión de sentencias. Es más, aunque la renovación se produjera pronto, cubrir esas vacantes conlleva unos plazos relacionados con el número de aspirantes y el proceso de evaluación.

Las Salas de lo Contencioso-Administrativo y la de lo Social son de las más afectadas por número de plazas vacantes, tanto es así que el Supremo ha tenidos que reordenar los magistrados adscritos la primer de ellas para respetar el mínimo legal de cinco cargos por sección en la Sección Tercera.

La renovación de los miembros del Tribunal Supremo depende del acuerdo para renovar el CGPJ que es el órgano que examina los méritos de los aspirantes. Sus capacidades para realizar nombramientos quedó limitada hace algo más de un año en virtud de una reforma legislativa que así lo estableció para los períodos en los que el Consejo se encuentre en funciones. Así, no podrá hacer “nombramientos de magistrados del Tribunal Supremo ni presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia o presidentes de Audiencias Provinciales”.