El Tribunal Supremo señala que el haber sido condenado en sentencia firme supone una falta muy grave, sancionable con la separación del servicio

El ahora ex guardia civil fue condenado a un año de prisión por cada uno de los delitos de maltrato habitual y lesiones contra su pareja.

Para el Supremo, "los delitos cometidos, singularmente el del maltrato físico o psíquico habitual, revelan un comportamiento de todo punto incompatible con las funciones que la ley encomienda a la Guardia Civil".

"Quien actúa como lo hizo el demandante, con agresividad reiterada, y llevando al extremo el hacer uso de un arma fuego y un arma blanca, y de glpear con el parachoques del vehículo (a su pareja), es incompatible con el Instituto de la Guardia Civil, que es un Instituto Armado y tiene entre sus cometidos el velar por las vidas de las personas".

La víctima del guardia civil sufrió malos tratos desde 1997 hasta 1999, cuando decidió marcharse definitivamente del domicilio conyugal, refugiándose en el domicilio de sus padres.

Como consecuencia de las agresiones, vejaciones e insultos, sufre lesión psíquica por síndrome de estrés postraumátic intenso, angustia vital y ansiedad extrema, con riesgo de suicidio, por lo que precisa medicación y tratamiento para su curación.

Con esta sentencia, el Supremo confirma la resolución del Ministerio de Defensa que decretó la separación de la Benemérita del maltratador.