Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron en Sevilla entre 1997 y 1999. El acusado, conocido como "Pepe el Voltio", convenció a varios menores de entre 9 y 13 años de edad para que le masturbaran y le realizaran felaciones a cambio de dinero. En algunas ocasiones llegó a penetrar analmente a sus víctimas.

Además, normalmente antes y durante estas actividades sexuales el acusado veía con los menores películas pornográficas que tenía en su domicilio.

La AudienciaProvincial de Sevilla le condenó a 42 años y 6 meses por distintos delitos de prostitución y abusos sexuales cometidos contra cinco menores. Sin embargo, el Tribunal Supremo reduce ahora la condena a la mitad debido a que la prueba sobre el abuso de dos de los menores "no fue correctamente aportada".

Los magistrados argumentan que en el juicio se leyeron las declaraciones que estos dos menores prestaron en su momento ante el juzgado, cuando no se agotaron todas las vías para citarles con el fin de quedeclararan como testigos en la vista oral.

"La necesidad de buscar a unos testigos no puede hacerse depender de que las partes lo pidan o no", dice el Supremo. "La obligación de agotar en lo razonablemente posible la investigación del domicilio o paradero de un testigo es un requisito necesario para que, en su caso, pueda estimarse que existió imposibilidad para su citación, a los efectos de que su declaración en el juicio oral pueda sustituirse por aquella que había prestado en el sumario".

Adems, la sentencia hace hincapié en que uno de los menores facilitó su nueva dirección, "sin que el tribunal hiciera ninguna gestión para citarle".