El caso comenzó en marzo de 1991, cuando el Ayuntamiento de Avila puso en conocimiento del ministerio fiscal el expediente seguido contra el ex recaudador municipal al entender que se había apropiado indebidamente de más de cuatro millones de pesetas.

El expediente se abrió cuando el Insalud justificó en la depositaria municipal el pago de cuatro recibos por esa cantidad cuando unos días unos días antes la empresa concesionaria del servicio municipal de aguas los abía remitido al ayuntamiento como impagados.

Las investigaciones desvelaron que Siro Muriel, entonces recaudador del ayuntamiento de Avila, ingresó los más de cuatro millones de pesetas que correspondían a esos recibos en uns cuenta particular y no en la del ayuntamiento, aunque al conocerse la irregularidad el inculpado devolvió la cantidad sustraída.