La marquesa demandó a la Bodega Cooperativa Sindical Agraria San Valero por considerar que la utilización de su título nobiliario para poner nombre a un vino suponía una intromisión en su honor, intimidad personal y familiar, y propia imagen.

Por ello, la marquesa pedía que se condenara a la cooperativa a dejar de usar este título para comercializr sus productos, a retirar del mercado cuantas botellas se hubieran puesto en circulación con ese nombre y a indemnizarla con la cantidad que el tribunal determinase.

Todas estas peticiones son rechazadas por el Tribunal Supremo, en una sentencia del pasado 15 de febrero, que además impone a la demandante las costas del proceso. El Alto Tribunal argumenta que la marquesa no ostentó este título hasta 1993, diez años después de que la bodega solicitase al Registro de la Propiedad Intelectual la concesió de la marca "Marqués de Tosos".

La sentencia señala que la última persona que antes de la demandante ostentó el título falleció en 1925, y en la fecha en la que la bodega empezó a comercializar estos vinos el Marquesado de Tosos no figuraba entre las mercedes nobiliarias en uso que recoge el Ministerio de Justicia. No fue hasta 1993 cuando el título fue rehabilitado a favor de María Dolores Ram de Viu.

De esta forma, el Alto Tribunal falla en contra de la marquesa y ratifica una sentencia de la udiencia Provincial de Zaragoza, que resaltaba que "tanto el carácter reciente de la rehabilitación (del título) como la diferencia existente entre el género de la marca y del título en sí, marqués, según reza en la Real Carta, y el sexo de quien lo ostenta", impide afirmar que la bodega ha utilizado ilegalmente el nombre de la demandante.