Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron el 17 de julio de 1988, cuando el matrimonio Connor se alojó en el Hotel Caribe de el Cana, en Santa Eulalia (Ibiza) para pasar unas vacaciones. Una vez en la habitación, el esposo salió a la terraza a fumar un cigarrillo y cayó desde la terraza al pavimento.

La caída provocó al hombre, que entonces tenía 27 años, una paraplejia, es decir, una inmovilidad de cintura para abajo, así como insuficencia respiratoria y lesiones en la vejiga.

La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca condenó a la sociedad propietaria del hotel y a la compañía aseguradora del establecimiento a indemnizar con un total de 53.091.358 pesetas al señor Connor, por gastos médicos habidos y futuros, así como por incapacidad permanente y para la adaptación de la vivienda del matrimonio. Asimismo, otorgaba 7 millones de pesetas para la esposa, por daños morales.

Para el Supremo, la Audiencia Provincial de Palma de allorca debió establecer una indemnización por daños morales para el señor Connor y no sólo para la esposa de éste.

"Las lesiones causadas al recurrente han sido de tal gravedad que le han postrado en una silla de ruedas, con una incapacidad vitalicia, y con necesidad de que le auxilie persona en la ayuda indispensable en su vida doméstica, es claro que ese haz patológico padecido, por su gravedad y persistencia, deparan al recurrente un permanente estado anímico de frustración y sufrimiento tan intenos" que han de ser paliados en lo posible por los tribunales, dice el Supremo.