EL SUPREMO ELEVA DE 17 A 19 AÑOS LA CONDENA A UN MALTRATADOR POR LAS LESIONES PSÍQUICAS QUE CAUSÓ A SU MUJER
- Tras un maltrato físico y psicológico reiterado, la mató y la quemó
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La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha elevado de 17 a 19 años de cárcel la pena para un maltratador que acabó con la vida de su mujer, por las lesiones psíquicas que causó a la víctima.
Los hechos que han dado lugar a la sentencia tuvieron lugar en Valencia entre 1995 y el 20 de marzo de 2006, fecha en la que el condenado, Francisco José M.L., mató a su mujer de una paliza, rompiéndole seis costillas. Después, quemó el cuerpo de la víctima en la cama de matrimonio.
La víctima y el condenado se casaron en 1991 y en 1995 comenzaron los malos tratos psíquicos. "Cállate, que tú no sabes nada" o "no tienes ni puta idea", son algunas de las frases que Francisco José M.L. le dedicaba a su esposa, a la que se dirigía a gritos, con menosprecios y a la que ignoraba cuando ella le pregunta cualquier cosa.
Del menosprecio y los insultos el condenado pasó a la violencia física. La víctima trataba de disimular las marcas de las palizas, pero eran advertidas por familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Tal era la gravedad de la situación que la mujer tuvo que tomar varias bajas entre junio y julio de 2004 y entre agosto de ese año y septiembre de 2005.
Fruto del trato que recibía, relata la sentencia, la víctima "cayó en estado de depresión, dejando de alimentarse y disminuyendo de manera notable su peso, comenzando a abusar de las bebidas alcohólicas como medio para evadirse de la situación que vivía".
Fue en agosto de 2004 cuando la víctima decidió pedir ayuda y se marchó a Alcobendas (Madrid) con su hermana. En el hospital La Paz le diagnosticaron "un cuadro de ansiedad y abuso de alcohol, con estado de ánimo bajo, comienzo de anorexia, pérdida de peso, insomnio mixto, irritabilidad e ideación autolitica y pensamientos de muerte", por lo que se le prescribió tratamiento psiquiátrico.
IDAS Y VENIDAS
Tras la marcha de su mujer, el procesado comenzó a llamarla a Madrid insistentemente y, tras conseguir hablar con ella, la convenció con falsas promesas de buena conducta para que regresara a Valencia, lo que ocurrió en septiembre de 2004.
Pero el condenado no cambió su comportamiento, continuó con los insultos y con los malos tratos sistemáticos. El 12 de noviembre de 2004 la golpeó en la cara y le causó una lesión craneoencefálica, por lo que los médicos tuvieron que asistir a la víctima.
Al día siguiente, la víctima se marchó de nuevo a Alcobendas, donde denunció a su esposo, quien de nuevo la convenció para que regresara con él y, además, retirara la denuncia. Bajo su influencia, la mujer dijo que era falsa, que ella era alcohólica y que cuando la formuló estaba bajo los efectos del alcohol.
Las cosas no cambiaron, los malos tratos volvieron a la escena familiar y la víctima puso otra denuncia, en enero de 2005, contra su esposo, al que abandonó otra vez para irse a Madrid, con su hermana.
Tres meses después regresó a Valencia. Durante el juicio al que dió lugar la segunda denuncia, la víctima se retractó y el ahora condenado fue absuelto. Como siempre, las palizas y los insultos continuaron, hasta la madrugada de la cremá de las Fallas, en la que la mujer encontró la muerte en las manos de su maltratador.
La Audiencia Provincial de Valencia condenó al maltratador a 13 años por homicidio, nueve meses de prisión por violencia física, un año de prisión por lesiones psíquicas y tres años por violencia habitual familiar.
El Supremo eleva de 1 a 3 años la condena impuesta por lesiones psíquicas, al considerar que el agresor se mostró "reiteradamente contumaz" en el maltrato psicológico a su mujer.
Los hechos probados, dice el Alto Tribunal, evidencian que "tal cuadro depresivo no es resultado exclusivamente de los actos que lo desencadenan, sino que, como tal, persiste en sus efectos como indudable resultado del mantenimiento de la agresividad persistente del acusado".
(SERVIMEDIA)
17 Ene 2008
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