Los hechos que han dado lugar a la sentencia ocurrieron en lamadrileña estación de tren de Méndez Alvaro, el 26 de agosto de 1994, cuando, a las 16,30 horas, el condenado amenazó a la víctima con unas tijeras y la obligó a agarrarle como si fueran novios.

De esta forma, el acusado llevó a la joven hasta un puente, debajo del cual había "una especie de colchón". La víctima trató de huir, pero el condenado le puso las tijeras en el cuello y la golpeó con los puños en la cara y en la cabeza, hasta que consiguió forzarla. Previamente se había apropiado de las 3.000pesetas que la mujer llevaba en su bolso.

El Supremo sostiene que, aunque la víctima no pudo identificar a su violador ni en fotografías ni en rueda de reconocimiento, lo cierto es que las pruebas de ADN confirmaron que el semen encontrado en la vagina de la joven coincidía con el del acusado.

Además, el Alto Tribunal recuerda que el propio acusado reconoció ante la policía y el juez haber violado a tres mujeres en la zona de Méndez Alvaro, así como haber utilizado un 'modus operandi' que resultaa "totalmente similar" al que se empleó contra la víctima de este caso.

De esta forma, el Alto Tribunal confirma la sentencia dictada en mayo de 1998 por la Audiencia Provincial de Madrid, que condenó al acusado a 21 años de prisión por un delito de robo con violación, a 30 días por una falta de lesiones y a indemnizar a la víctima con 3.003.000 pesetas.