CASTILLA-LA MANCHA

EL SUPREMO CONFIRMA LOS 30 AÑOS DE CÁRCEL PARA EL GRAPO SILVA SANDE POR ORDENAR EL ASESINATO DE UN MÉDICO ZARAGOZANO

- La víctima era uno de los médicos que se ocupaban de la alimentación de los presos del Grapo en huelga de hambre

MADRID
SERVIMEDIA

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 30 años de cárcel impuesta al dirigente de los Grapo Fernando Silva Sande por haber ordenado en marzo de 1990 el asesinato del doctor zaragozano José Ramón Muñoz, elegido como objetivo de la banda por ser el jefe del equipo médico que alimentaba forzosamente a los presos de la organización terrorista en huelga de hambre.

Los magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, presididos por el juez Andrés Martínez Arrieta, han rechazado el recurso interpuesto por Silva Sande contra la sentencia dictada por la Audiencia Nacional el 9 de julio de 2008, según consta en la sentencia hecha pública hoy.

La Audiencia Nacional consideró probado que Silva Sande se reunió en Logroño con los Grapo María Jesús Romero y Guillermo Vázquez -autores materiales del asesinato- y les ordenó viajar hasta Zaragoza para asesinar a Muñoz, a quien la organización terrorista culpaba de alimentar forzosamente a los presos que mantenían en aquella época una huelga de hambre.

El 27 de marzo de 1990, los dos terroristas, quienes previamente habían pedido cita con el médico, se presentaron en su consulta y, una vez en su despacho, desenfundaron sus pistolas y le pegaron tres tiros en la cabeza al doctor, provoncando su muerte inmediata.

El tribunal de instancia encontró a Silva Sande culpable de un delito de asesinato terrorista en calidad de inductor y le condenó a 30 años de prisión así como a indemnizar con 400.000 euros a los herederos del doctor Muñoz.

Silva Sande recurrió esta sentencia ante el Tribunal Supremo el enteder que la misma pecó de "predeterminación", incurrió en contradicciones y por vulneración de la presunción de inocencia al considerar que las pruebas por las que fue condenado eran insuficientes.

TORTURAS INVENTADAS

La principal prueba en la que se sustentó la condena a Silva Sande por parte de la Audiencia Nacional fue el testimonio del Grapo Guillermo Vázquez, quien tanto en su declaración ante la Policía Nacional tras ser detenido como posteriormente ante el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón aseguró que el jefe del comando del que formaba parte era Silva Sande y le señaló como la persona que le ordenó asesinar al médico zaragozano.

Pero en su comparecencia ante el tribunal, Vázquez se desdijo de sus declaraciones previas y negó que Silva Sande fuera quien le ordenó a él y a Romero asesinar a Muñoz. El grapo aseguró haber sido maltratado física y psicológicamente por la policía y añadió que fueron los agente quienes le indicaron lo que debía decir.

En contra de los argumentos del recurso, los magistrados del Tribunal Supremo consideran que la declaración de Vázquez ante Garzón es suficiente ya que la misma fue corroborada por dos elementos externos.

El elemento corroborador de mayor consistencia es elhallazgo en poder de Silva Sande de unas llaves de una casa de Zaragoza en la que se encontró la pistola empleada en el asesinato.

Además, los magistrados destacan que la alegación de torturas por parte de Vázquez para retractarse de su declaración ante Garzón "no mereció credibilidad por parte del Tribunal ante la ausencia de cualquier indicio de tal cosa".

"En consecuencia, la declaración del testigo aparece reforzada por una corroboración externa, lo que permite considerarlo prueba de cargo suficiente", señala la sentencia.

(SERVIMEDIA)
27 Abr 2009
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