Los hechos se remontan al 9 de marzo de 1998, fecha en la quese disputó el partido de la Copa del Rey entre el Atlético de Madrid y el F.C. Barcelona.

Los trabajadores de TV-3 habían convocado una huelga para ese día y no cumplieron el compromiso de esta televisión autonómica de facilitar el partido al resto de miembros de la FORTA, por lo que estos subcontrataron con otra empresa que les sirvió las imágenes, de las que también se aprovechó la propia TV-3.

Los trabajadores consideran que esta actuación antenta contra el derecho de huelga, pero el Supremo dfiende que cuando una empresa que presta un servicio público es escenario de una huelga (en este caso TV-3), sus usuarios (el resto de televisiones de la FORTA) "tienen plena libertad para utilizar los servicios de otra empresa".

Por ello, rechazan que el trabajo de la empresa contratada haya atentado contra la finalidad de la huelga, puesto que TV-3 ofreció el partido sin publicidad ni comentarios y, con esta anomalía, según el Alto Tribunal, los huelguistas lograron "el triunfo" que perseguían, que ra dar a conocer a la opinión pública su protesta.