Ricardo Guerra está imputado en el caso delapuñalamiento en Madrid, junto al estadio Vicente Calderón, del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta. Guerra permanecía en régimen penitenciario abierto por la condena ahora rectificada por el Supremo en la fecha en que se produjo el asesinato del aficionado del equipo donostiarra.

Los hechos a los que se refería la condena se produjeron en octubre de 1996, cuando Guerra fue interceptado por la policía por conducir una motocicleta sin casco. Ante la orden de detención de los agentes, procedió aponerse el casco y arremetió contra ellos, intentando escapar y ocultar que portaba 40 pastillas de la droga conocida como "extasis".

El Supremo mantiene la condena de 3 años por un delito contra la salud pública (tráfico de drogas) y dos años por un delito de atentado. Además, incrementa la condena en un año por dos delitos de lesiones a los dos policías.