LA SUPERFICIE QUEMADA EN 1995 SUPERO LAS 122.000 HECTAREAS, SEGUN UN INFORME DE ADENA

MADRID
SERVIMEDIA

La superficie quemada en 1995 ha disminuido de una forma muy importante con respecto al año anterior, que fue especialmentetrágico de 430.000 hectáreas se ha pasado a 122.000 hectáreas, lo que supuso la mitad de la media de los últimos 5 años, según datos del informe elaborado por Adena sobre este tipo de desastres.

El documento señala que la superficie arbolada quemada boscosa ha sido la que más ha disminuido, ya que ha pasado de las 240.000 hectáreas en 1994, a 35.000 hectáreas, si bien el año 1994 fue el que presentó la máxima superficie arbolada quemada desde que existe información oficial.

Por otra parte, la suprficie desarbolada quemada -matorral, monte bajo y pastos- ha presentado una tendencia de afección similar a la de los últimos años. Este hecho, según Adena, es indicativo de la priorización de las administraciones autonómicas y de la administración central en la defensa y la ordenación de los ecosistemas forestales arbolados frente a los ecosistemas forestales no arbolados, a pesar de la alta biodiversidad y valores ecológicos que estos últimos presentan.

Sin embargo, el número de focos sigue aumentado, hasta septiembre de 1995 se produjeron un total de 2.329 incendios. Este hecho es especialmente preocupante y demuestra el fracaso en las políticas de prevención y de control de las causas de los incendios.

Los datos recopilados por Adena resaltan que las comunidades autónomas más afectadas este año por superficie han sido Galicia con 41.799 hectáreas, seguida de Castilla y León con 25.806, Asturias con 13.129 y Andalucía con 11.496 hectáreas.

En relación al total de la superficie forestal extente, la comunidad autónoma más afectadas fue Asturias, con un 2,49% de la supeficie quemada, seguido de Galicia con un 1,93%. El resto de las comunidades presentaron valores menores del 1%.

CAUSAS

Respecto a las causas de los incendios, el estudio indica que los factores determinantes son: la falta de vigilancia y de detección en el total del espacio forestal, el incremento de infraestructuras inadecuadas, uso ganadero y agrícola del fuego sin regular y vigilar, e intereses especulativos, entre otos.

Adena concluye que las medidas tomadas hasta ahora por las administraciones encargadas de desarrollar las políticas forestales han sido ineficaces.

Como alternativa, el documento incluye una serie de propuestas entre las que destaca el fomento de las actividades tradicionales, como el pastoreo selectivo y la recogida de leña; el incremento de la superficie ocupada por especies que han resultado menos afectadas por el fuego durante los últimos años (las frondosas autóctonas) y una mayor coordiación entre los medios destinados a la extinción.

(SERVIMEDIA)
17 Mar 1996
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