Sumario del `caso Ucifa' (1) ---------------------------
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El sumario del "caso Ucifa", que nstruye el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y al que ha tenido acceso la agencia Servimedia, revela que el "cerebro" de la trama de pago con droga a confidentes no era sólo el comandante de la Guardia Civil, José Ramón Pindado, puesto que éste accedió al cargo el 12 de diciembre de 1990 y las actividades delictivas comenzaron mucho antes.
Por contra, las responsabilidades podrían alcanzar al "número dos" del servicio antidroga de la Benemérita, teniente coronel Francisco Quintero, y eventalmente al que fuera responsable máximo, coronel Arsenio Ayuso, que se retiró en agosto de 1990 y que ahora es asesor del director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en materia de drogas.
De la lectura del sumario se deduce que el sustituto de éste, coronel Rafael Garabito Gómez, cesado al conocerse el escándalo del pago con droga, no era conocedor de los hechos; sí era conocedor de los hechos el capitán Jesús Narciso Núñez, pero nunca tuvo el favor de Pindado porque la Unidad Central de Investgación Fiscal y Antidroga (Ucifa) sólo existía sobre el papel, jerárquicamente hablando.
De los testimonios del guardia "arrepentido" Doroteo Gómez Porras se deduce que Quintero y Pindado, cuando éste llegó a la unidad, daban órdenes directas a él, al también arrepentido Vicente Domínguez Serrano y a otros cabos y números que intervenían en todas las operaciones.
38 KILOS DE COCAINA
Doroteo Gómez comienza su declaración ante el juez Garzón con el relato de cómo en 1988 (no estaba Pindado) desaprecieron 38 kilos de cocaína de un cargamento de 600 incautados en Palma de Mallorca, que supuestamente fueron a parar a manos del confidente que propició la operación, Bartolomé Albox. Declara también que Albox se entrevistó previamente a la operación, en abril de ese año, con el coronel Ayuso y el teniente coronel Quintero en el despacho del primero en la Ucifa.
Juez Garzón: ¿Qué pasó con ellos (los kilos)?
Gómez Porras: Rumores. Yo le hablo de rumores, que siempre hay en este tipo de servicios que hablaban del sargento que ya había hablado, Albox.
JG: ¿Qué sargento?
GP: El sargento de Palma
JG: ¿Qué le había dicho?
GP: No, ya le digo que son rumores, que se cobrara como él pudiera, le dijo a Albox, que se cobrara como el pudiera por su colaboración en la operación. Entonces yo, también sé que a Albox se le había prometido aquí, el coronel Ayuso, creo que le prometieron diez millones de pesetas y no se le pagaron.
JG: ¿Se le pagó parte?
GP: Sí, se le pagó una parte,creo.
JG: ¿Con eso usted quiere significar que la diferencia pudo ser cobrada en sustancia?
GP: Sí, sí, posiblemente.
El guardia "arrepentido" relata al juez de la Audiencia Nacional que esto era conocido por el jefe de la Comandancia de Palma de Mallorca y por el citado sargento de la Brigada de Información. Posteriormente relata otras operaciones de este estilo, aunque desapareciera menor cantidad de droga.
Reconoce también que en enero de 1989 viajan a Navarra él, los cabos Molina y árquez y los números Segura, Serrano y Pedro Nieto.
Los objetivos eran Juan García Macías y Juan Serón Rueda, dos jóvenes números de la Benemérita que consumían hachís y traficaban con hachís y planeaban hacerlo con heroína en Pamplona. En el informe operativo, los miembros de la Ucifa relataron que Macías fue detenido con 25 gramos hachís y dos gramos de heroína que llevaba consigo; y que, tras ser registrado el domicilio de Juan Serón, se encontró una tableta de 125 gramos de hachís en una carpeta.PRUEBAS FALSAS
En posterior confesión ante Garzón, Doroteo Gómez Porras admite que Juan García Macías (Pedro Macías, le llama) fumaba hachís y reconoce que se fabricaron pruebas falsas contra él por orden del teniente coronel Quintero, que le dijo al cabo Molina que "aquello tenía que salir como fuera; entonces la expresión que utilizó el coronel Quintero es que tenía que salir por cojones, creo que sí", relata Gómez Porras.
Entonces, dos miembros de la Ucifa desplazados a Navarra, los guardias ópez Segura y Pedro Nieto, regresaron a Madrid a por la droga que iba a servir para inculpar a sus compañeros. Garzón y el agente "arrepentido" mantienen el siguiente diálogo al respecto:
JG: ¿Bajaron aquí, a Madrid?
GP: Sí, en la unidad (Ucifa) cogieron 25 gramos de hachís. No, cogieron una tableta de 250 gramos y otra pequeña de hachís y una papelina de cocaína.
JG: ¿De cocaína o de heroína?
GP: De cocaína. Y a mí me dijo simplemente (el cabo Molina) que le despistase a él (a uno de ls detenidos, haciéndose pasar GP por comprador), dice, procura que cuando llegue con el coche lo entretienes, como yo le conocía le entretienes un poco y a ver si lo despistas, que le vamos a meter la droga en la guantera (dijo Molina).
Los miembros de la Ucifa implicados en esta operación utilizan semejante artimaña para "descubrir" la tableta de 125 gramos de hachís en la maleta del guardia Juan Serón.
Doroteo Gómez Porras hace referencia también a la posterior confesión de los dos números deteidos y a cómo Juan García Macías relata que sus clientes son agentes o mandos de la Comandancia de la Guardia Civil en Pamplona. García Macías aporta 22 nombres, 9 de ellos correspondientes a agentes destinados en Pamplona y los otros 13 del Grupo Antiterrorista Rural (GAR) en Navarra.
LIBERTAD DE ACTUACION
En general, los confidentes, según todas las declaraciones aportadas, gozaban de una amplia movilidad en las incautaciones y en cada operación ya habían pactado previamente con Ayuso, Quintero o indado cuánta droga se quedarían por sus servicios.
Por ejemplo, en una incautación de 30 kilos de cocaína que portaba un boliviano hospedado en un hotel de Lloret de Mar, en enero de 1990, los delatores, José Luis Recuero y José Manuel García Gutiérrez, más conocidos como "los Dalton", ya habían apalabrado previamente con el coronel Ayuso el precio de su colaboración.
JG: ¿Llevaban mandamiento de entrada y registro?
GP: Pues no. Entonces los Dalton dijeron que se les tenían que pagar cinco ilos de aquellos.
JG: ¿Qué cantidad de kilos había?
GP: Había treinta kilos. Entonces se separaron 5 kilos de cocaína y se les dio al día siguiente.
JG: ¿Quién les entregó los cinco kilos?
GP: Se los entregamos allí. Estábamos el sargento Fernando, el cabo Cervera de Gerona, se los entregamos allí porque...
JG: Se los entregaron, ¿por qué?
GP: Porque estaba ordenado por el teniente coronel, entonces se les entregó allí.
JG: ¿Y el coronel Ayuso?
GP: El coronel Ayuso ea el que trataba con ellos, pero a mí las órdenes en este caso me las dio el teniente coronel.
JG: Continúe...
GP: Entonces, al día siguiente se pusieron al parecer en contacto el teniente coronel Quintero y el comandante de Gerona y hablaron entre ellos. Dijeron que era mucha cantidad, que llegaron al acuerdo de que se cortaba y se sacaba un kilo de allí. (relata otra operación de "Los Dalton" en Cartagena de Indias, Colombia, en la que éstos, para pasar sin problemas por los aeropuertos españols, portaban una tarjeta de director de Aduanas).
(SERVIMEDIA)
16 Ene 1993
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