LOS SUICIDAS DE LEGANÉS QUISIERON MATAR A LOS POLICÍAS Y ESPERARON HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO PARA ACTIVAR LA BOMBA
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Los siete terroristas que se suicidaron en Leganés el 3 de abril de 2004 tenían la intención de matar a los policías que iban a detenerlos por su presunta implicación en los atentados del 11-M, por lo que esperaron hasta el último momento para activar la bomba que acabó con sus vidas.
Así se recoge en el auto de procesamiento dictado por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, hecho público hoy, en la parte que analiza lo ocurrido en la calle Carmen Martín Gaite de Leganés.
En las conclusiones, el juez determina que la intención de los terroristas "era la de matar a los policías que fuesen a practicar su detención, por eso esperaron hasta el último momento para activar el artefacto".
Además, dice que la explosión es debida a un acto voluntario de los terroristas islámicos, que "deciden suicidarse" con unos 30 kilos de carga de explosivo.
Por otra parte, el juez señala que "los artefactos desactivados no contenían ningún sistema trampa de activación, por lo que cabe suponer que los iban a utilizar para suicidarse de manera individual".
La explosión de la bomba se produjo en la parte trasera del piso, que da a la piscina y al jardín donde se encontraron la mayoría de los restos y evidencias de la explosión.
Sin embargo, fue en el lugar de la explosión donde se recogieron "gran cantidad de detonadores, una cantidad indeterminada de explosivos, una línea unifilar de las empleadas en las voladuras y evidencias".
(SERVIMEDIA)
11 Abr 2006
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