Este hombre, de 38 años y sin antecedentes penales, fue encontrado muerto con un tiro en la cabez en su domicilio de Cheste. El calibre del arma con la que se disparó a sí mismo coincide, según Cardenal, con una de las que mató a los guardias civiles. Se trata de una carabina de tiro olímpico del calibre 22 y en el lugar de los hechos esta madrugada se encontraron casquillos de este calibre.

Según Cardenal, que hizo estas declaraciones durante el funeral oficiado por los dos miembros de la Guardia Civil en la Comandancia de Valencia, la investigación sobre el vehículo desde el que supuestamente dsparó a los dos miembros de la Benemérita llevó hasta el domicilio de este hombre.

El suicida dejó una nota en la que pide perdón por el acto que cometió a las familias de los agentes muertos. En la nota, decía textualmente: "Perdón, no quiero que nadie se sienta triste por mí".

El director general de la Guardia Civil, Ferran Cardenal, dijo que las investigaciones aún no se han cerrado y que han sido recuperadas las armas de los agentes muertos.

El sargento Manuel Sousa y su compañero Florenino Sánchez, de 38 y 22 años, murieron acribillados a tiros a la una y media de la madrugada en Siete Aguas, a unos 50 kilómetros de Valencia, mientras realizaban un servicio de patrulla rutinario.

Los guardias civiles observaron un vehículo parado en mitad de la calzada y se acercaron a él. Los datos que ha difundido la Delegación de Gobierno apuntan a que su ocupante acabó con la vida de los agentes a tiros.

El delegado de Gobierno de la Comunidad Valenciana, Francisco Granados, confirmó esta mñana que "no se trataba de un acto terrorista, sino de la actuación de delincuentes comunes".