En una entrevista que publica el diario "El Mundo", Mariscal de Gante asegura que no comprende la radicalzación de los jueces, "pero lo que sí sé es que su actitud conlleva un desconocimiento grave de la realidad. Dinero, si lo hay, es para destinarlo a que la justicia sea mejor, no a que los que la imparten ganen más".

"Hacen falta", añade la ministra, "más jueces, más fiscales, más edificios, más ordenadores. Y siendo los recursos limitados, no se puede reclamra estas subidas salariales tan exageradas (...) ¿Que los jueces y fiscales quieren ganar más? Pues claro, y yo también, pero ¿por qué no los secetarios, o los demás funcionarios?".

La ministra argumenta también que, en el conjunto de la administración de justicia, "lo cierto es que frente a la pérdida de poder adquisitivo, los jueces son los que han tenido mayores subidas en comparación con el resto".

Al preguntarle si sospecha un trasfondo político en este conflicto, Mariscal contesta: "no he hace falta sospechar, me parece que es evidente, hay una evidente politización cuando las asociaciones hablan en su comunicado de un conflicto ente los poderes del Estado. En mi opinión, ésta es una forma absolutamente equivocada de actuar, porque las asociaciones judiciales no son el Poder Judicial".

Por otra parte, a la pregunta de cómo se sintió cuando el Tribunal Supremo condenó por prevaricación al juez Javier Gómez de Liaño, la ministra, tras recordar que ella es la tercera generación de jueces dentro de su familia, confiesa que el fallo le ha dejado "un amargo sabor de boca".