Una comisión de expertos, compuesta por miembros del ámbito empresarial, académico, agrícola y el sector público, está elaborando un proyecto para potenciar el desarrollo de biocombustibles y energías renovables, como la eólica y la de las olas, con el fin de hacer posible este objetivo.

La decisión de abandonar el uso del petróleo con fines energéticos en 2020, sitúa a Suecia a la cabeza del grupo de países más ecológicos del mundo, seguida de Islandia, que proyecta que todos sus coches y barcos se muevan con hidrógeno producido con electricidad obtenida de fuentes renovables en 2050, mientras que Brasil pretende lograr que un 80% de sus vehículos de transporte utilicen etanol obtenido de la caña de azúcar de aquí a cinco años.

Suecia parte con la ventaja de que un 26% de la energía que consume actualmente procede de fuentes renovables y sólo el 32% del petróleo, mientras que la media europea se sitúa en el 6% y el 77%, respectivamente.

El ejecutivo sueco ya está trabajando con los fabricantes de automóviles Volvo y Saab para que desarrollen camiones y coches que utilcen etanol y otros biobombustibles. Además, el pasado año puso en marcha un plan para que el sector público y los hogares abandonaran progresivamente el uso de petróleo.

Además, la industria papelera sueca ya emplea la corteza de los árboles para producir la energía que utiliza, mientras que los aserraderos emplean las astillas y el serrín de madera para ello.