De este modo, el PP dará cumplimiento así a un compromiso adquirido con sus electores en los pasados comicios de mayo y mantendrá su política de rebaja de impuestos como método para relanzar la economía e impulsar el empleo.

Pujalte denostó el modelo que aplicará el PSOE en Andalucía, basado en suprimir el impuesto para quienes hereden menos de 125.000 euros y consideró que la propuesta del PP es "mucho más copleta".

La previsión de los "populares" es suprimir de manera inmediata el primer tramo del impuesto y, a lo largo de la legislatura que empieza en marzo, el segundo. De esta manera, las comunidades gobernadas por el PP tendrán el mismo tratamiento para las sucesiones que ya disfrutan en las comunidades forales.

En las próximas semanas, los gobiernos "populares" acometerán el cumplimiento de esta promesa de rebaja de impuestos, si bien Pujalte indicó que muchos aprovecharán la Ley de Acompañamieno de sus respectivos presupuestos para poner esta medida en marcha, de manera que deje de cobrarse a partir del 1 de enero de 2004.

Para el PP, la supresión del impuesto, que afectará sobre todo a las transmisiones entre familiares directos, supondrá un fuerte beneficio para las familias de renta media y ayudará, conjuntamente con otras rebajas fiscales y la congelación de impuestos indirectos en 2004, a crear empleo y permitir que la economía española siga creciendo.

El Impuesto de Sucesiones reauda anualmente unos 1.200 millones de euros en toda España, si bien más de 550 proceden de Madrid y Cataluña (también el Gobierno de Pujol ha anunciado que estudia suprimirlo). Además de su carácter recaudatorio, sirve al Fisco para conocer en todo momento los movimientos en el cambio de propiedad de bienes.