Sin embargo, el uso de fibras recuperadas en España está muy desequilibrado, ya que se utilizan masivamente en el sector del embalaje y apenas tienen aceptación en la gama blanca de los papeles destinados a usos gráficos y de oficina. El 65,5 por ciento del papel que consume Holanda es reciclado, mientras que en España la proporción asciende al 64,9 por ciento. Por el contrario, los niveles de recogida han descendido en nuestro país (en 1985 se recogió un 43,9 por ciento del papel utilizado y en 1992 el 36,5), mientras que en otros países de Europa occidental o Estados Unidos ha aumentado de forma considerable.

En los Países Bajos recuperan el 50,9 por ciento del papel, en Alemania el 49,5%, en Austria el 56% y en Japón el 50,4, por citar algunos ejemplos.

Ello es debido al estricto control sobre los residuos y la legislación que existe al respecto en otros estados, que en algunos casos obliga a los productores de los residuos a hacerse cargo de su posterior recogida.

España ha importado durante los últimos meses 500.000 toneladas de papel procedente de Alemania a precios casi "ridículos", e incluso en algún caso las empresas alemanas han llegado a pagar para deshacerse de él.

Además, los responsables de Papelera eninsular recuerdan que en los países de la CE el coste de utilización de vertederos multiplica varias veces los costes de este sistema de eliminación de residuos en España.

Por ello, en los países de nuestro entorno el que necesita eliminar sus residuos tiene un incentivo para recuperar selectivamente los materiales susceptibles de ser reciclados.