SOS Racismo califica de "crisis" democrática el hecho de que los extranjeros carezcan de derecho al voto, pues supone, a su juicio, una desigualdad en función del origen de las personas.

Por esta razón, la federación defiende una ciudadanía vinculada a la residencia y no a la nacionalidad, para lo que pide revisar la Constitución durante la próxima legislatura, y en concreto del artículo 13.2.