"La oculta y común naturaleza de nuestros problemas", añadió, "estriba en que nos hemos olvidado de que el único resorte que nos lanza hacia delante es una solidaridad vital y originaria".

En su opinión, el panorama social y cultral ofrece escenarios presididos por "la inercia y la desilusión", que nadie hubiera podido predecir hace sólo cinco años.

"El espectro maléfico de la guerra -seguido por sus inevitables compañeros del hambre y la violación de los derechos humanos- cabalga por campos que creíamos laborados para la paz", explicó.

La Universidad de Navarra contó el pasado año con 13.000 alumnos en cursos ordinarios y 3.700 en cursos de postgrado. Del total, un 37 por ciento procede de clases sociales bajas, un 53 pr ciento de clases medias.