Sólo una veintena llegó a concentrarse --------------------------------------
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Una veintena de trabajadores marroquíes realizaron hoy una concentración ante el consulado de su país en Madrid, para protestar contra las dificultades que deben sortear en la obtención de pasaportes con los que legalizar su situación en España.
B. Ridouan, portavoz de la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España (AEME), explicó a Servimedia que la razón fundamental del escaso eco de la convocatoria era que "cera de 300 trabajadores están ahí dentro, en el Consulado: venían a la manifestación, pero les han amenazado y, como tienen miedo, no quieren participar ya".
El representante de los trabajadores insitió en comentar que la necesidad de cumplir con sus obligaciones laborales y el miedo que no disimulan muchos socios de AEME "por las amenazas de que las autoridades podrían hacer daño a nuestras familias en Marruecos", constituyen las causas por las que este tipo de acciones no tienen nunca la incidencia deeada.
Los manifestantes llevaban dos pancartas con los lemas "Basta de corrupción, pasaporte ya" y "Digan al consulado que son reivindicaciones obreras: no a las soluciones artificiales, no al abuso de poder".
CORRUPCION
El dirigente de AEME comentó a esta agencia que los casos de corrupción que se registraban en esa representación consular marroquí "van en aumento".
Agregó que "para obtener un pasaporte, tienes que pagar 50.000 pesetas, o 10.000 si lo que quieres es un resguardo del mismo.
Un representante de los trabajadores leyó un comunicado en el que pedían a las autoridades marroquíes que cumplan con su deber y dejen de amenazarles.
Además, exigían explicaciones por la muerte de una ciudadana marroquí, la semana pasada; criticaban la actuación norteamericana en Irak y, finalmente, expresaban las quejas por la situación del activista político Adbelmonen Diuri.
Los dirigentes de la asociación aseguraron que en Madrid residen en la actualidad unos 4.000 ciudadanos de Marrucos, de los cuales más de unos 1.000 han logrado ya legalizar su situación, acogiéndose al plan de regularización recientemente puesto en marcha por el Gobierno español.
Ridouan calificó de "chapuza" esa medida gubernamental, por considerar que "no ha cambiado nada", puesto siguen en vigor las exigencias documentales que las autoridades españolas pedían antes y, además, persisten las amenazas.
Los emigrantes trabajan, fundamentalmente, en el sector de la construcción, de la hostelería y la venta mbulante, y el colectivo de mujeres lo hacen en las tareas domésticas.
(SERVIMEDIA)
19 Jul 1991
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