Según la Base Estatal de Datos de Personas con Discapacidad, en Castilla y León había 245.296 personas a las que se había valorado la discapacidad, de las cuales 175.100 obtuvieron un grado de discapacidad igual o superior al 33%. Esta cifra supuso un 7,4% del total de la población castellanoleonesa, y un descenso respecto del año anterior del 1%. Asimismo, la distribución por sexo fue del 52,1% de hombres y del 47,9% de mujeres.

Por grupos de edad, las personas con discapacidad reconocidas se concentraron principalmente entre los 35 y 64 años (39%) y entre los 65 y 79 años (29%). Por su parte, los menores de 34 años representaron el 8%.

Este informe también señaló que el mayor número de personas con discapacidad (66.830 personas) tenía un grado comprendido entre el 33% y el 44%, seguido de las que tenían un grado entre el 64% y el 74% (41.811 personas). Por tipo de discapacidad, destacó la osteoarticular, que concentró el mayor número de personas (44.299 personas) seguido de la discapacidad mental (30.104 personas).

Por otro lado, y según el INE, este análisis demostró que el número de personas con discapacidad en edad laboral (16 a 64 años) se situó en 2022 en las 95.200. Sin embargo, la población activa castellanoleonesa con discapacidad fue de 36.800, lo que sitúa la tasa de actividad de este colectivo en el 38,5%, ligeramente por encima de la media española (35,3%).

En Castilla y León, el número de personas en situación de inactividad, es decir, que no participaban en el mercado laboral debido a situaciones como jubilación o la incapacidad permanente, fue de 58.000.

“En Fundación Randstad, donde llevamos 20 años trabajando para conseguir la igualdad de oportunidades laborales de las personas con discapacidad, somos plenamente conscientes de que, aunque las cifras del empleo de este colectivo son cada vez más favorables, todavía hay un importante margen de mejora hasta alcanzar una inclusión laboral real”, explicó la directora de Fundación Randstad, María Viver.