El CES atribuye este empeoramiento en la situación económica de la juventud tanto al desempleo como a que los jóvenes están ahora peor pagados.

"Buena muestra de que los empleos juveniles están ahora peor remunerados es el aumento del porcentaje de los que viven con sus recursos propios pero tienen que complemenarlos con ayuda económica de otras personas", indica.

En concreto, añade, "estos jóvenes suponían el 12 por cien del total de 1984 y en 1996 ya ascendían al 26 por cien. Pero, por supuesto, también ha aumentado el número de jóvenes que no tienen ningún tipo de ingresos".

En tres de cada cuatro casos, el principal origen de la ayuda o sustento proviene de la propia familia. Según el CES, "ello constituye una situación nueva, que está generando pautas de relación diferentes entre las personas jóvens y sus familias. Es, al mismo tiempo, la explicación más inmediata de cómo pueden mantenerse altas y persistentes tasas de paro" sin que ello desemboque en fuertes tensiones sociales.

A juicio de esta institución, que integra a sindicatos, patronal y otras organizaciones sociales, "su alto coste social (el de las elevadas tasas de paro juvenil) y algunas de sus secuelas, tanto más irreversibles cuanto más perdure, son uno de los mayores problemas con que habrá de enfrentarse la sociedad española en e futuro inmediato".

Por otra parte, el CES destaca que algo más de la mitad de los jóvenes desempleados entre 20 y 29 años llevaba más de un año buscando empleo, si bien éste no es un problema exclusivo de los jóvenes, ya que los mayores de esa edad que caen en el desempleo aún pasan más tiempo buscando una nueva colocación.