Según este estudio, el 63,8 por ciento de los mayores españoles son atendidos por su familia, principalmente por su cónyuge e hijos, mientras que el 8,1 por ciento recibe la atención de otros allegados familiares.

Existe un predominio femenino tanto entre las personas que precisan ayuda (un 66 por ciento son mujeres), como entre las personas cuidadoras (alrededor del 80 por ciento).

Respecto a la predisposición que la sociedad española mantiene a participar en proramas de apoyo o asistencia a las personas mayores, el 21 por ciento de los encuestados dice participar en alguna actividad de este tipo.

La aparición de problemas en su vida laboral, la dificultad en sus relaciones sociales y las disfunciones en sus relaciones afectivas son, según señala el informe, algunos de los efectos negativos que experimentan las personas encargadas de su cuidado.

Por otra parte, también los mayores prestan su ayuda a otras personas. Así, el 44 por ciento de los ancianos pestan ayuda a los miembros de su generación (8%); a sus hijos y nietos (30%) y a ambos al mismo tiempo (6%).

Los abuelos españoles, según dicho documento, cuidan a sus nietos cuando los padres se ausentan por motivos de trabajo o cuando los niños están enfermos.

Actualmente en España, el 77,1 por ciento de las personas mayores de 65 años vive en su casa con su pareja e hijos o en casa de sus hijos; mientras que un 16 por ciento vive solo, un 3,8 por ciento con otros familiares y un 2,8 por cientovive en residencias de la tercera edad.